
Cuando tu fascia habla, ¿la escuchas?
Imagina que tu cuerpo es una gran orquesta. Cada músculo, hueso y órgano es un instrumento, y la fascia es el director que asegura que todo suene en armonía. Pero, ¿qué pasa si el director está estresado o tenso? Caos musical, por supuesto. Lo mismo ocurre en tu cuerpo: cuando la fascia está bloqueada, puede generar dolores y molestias en lugares que ni te imaginas.
Hoy vamos a hablar de la importancia de mantener tu sistema fascial libre y del fascinante (y a veces desconcertante) efecto de la tensión recíproca. Además, te contaré mi propia experiencia y algunos ejemplos reales que te dejarán con la boca abierta. ¿Listo para descubrir cómo un desequilibrio en tu fascia puede ser la causante de ese dolor de cabeza o esa fascitis plantar? ¡Vamos allá!

El efecto de la tensión recíproca: Cuando un bloqueo aquí se siente allá
La fascia es como una red de telaraña: si tiras de un hilo, todo el conjunto se mueve. Esto es lo que se conoce como tensión recíproca. Un bloqueo en una zona del cuerpo puede generar tensiones y dolores en áreas completamente diferentes.
Te voy a poner varios ejemplos.

Dolor de cabeza o gastritis por tensión en el sacro
Sí, has leído bien. Un bloqueo fascial a nivel del sacro puede desencadenar gastritis, dolores de cabeza y muchos otros síntomas. Déjame que te cuente lo que me ocurrió hace ya unas cuantas navidades. Estaba subida a una escalerilla, colocando unas decoraciones en el techo, cuando se me movió el apoyo y me caí de culo. En mi viaje hacia en el suelo, mi sacro se cruzó con el borde de una enorme vela, de esas huecas que tienen forma de balón que hay en los Spas. Tremendo golpe!! pero me levanté y, a parte de una magulladura que prometía ser un buen morado, me encontraba bien. Así que seguí trabajando.
A los pocos días empecé a tener ardores de estómago (jamás he tenido problemas gástricos!!!). Me tomé unas infusiones y varios remedios naturales, pero no me hicieron efecto. Al cabo de unos días el médico me mandó antiácidos… y tampoco me dieron resultado. Además de el estómago, empecé con un leve dolor de cabeza, que poco a poco iba a más con los días, y como no suelo tener nada de esto, se me encendió la bombilla y pedí hora a mi fascioterapeuta.
Ya en la camilla comprobó que mi sacro había quedado un poco descolocado del golpe, así que me liberó toda la tensión tanto del sacro como de toda la espalda, tanto a nivel fascial superficial como profunda. Así que, allí mismo, en la camilla, el ardor desapareció de golpe. El dolor de cabeza se hizo más leve, aunque aún tardó un día más en desaparecer.
Con el golpe se había descolocado el sacro, y las fascias quedan descompensadas, tirantes de un lado y sueltas de otro. Lo mismo ocurre con las meninges (que también son membranas de tejido conectivo, pero que están dentro del cráneo y columna vertebral), la tensión en la zona del sacro tiraba, por lo que se producía una tensión recíproca a nivel craneal.
Así que, como ves, una caída tonta puede generar una tensión fascial a nivel profundo que, como un efecto dominó, se transmite hacia arriba, afectando la zona lumbar, la columna y, finalmente, el cuello y la cabeza. ¡Voilà! Dolor de cabeza sin razón aparente.
La fascia lo conecta todo, incluso aquello que no parece tener relación.
Fascitis plantar por un bloqueo en la cadera
Vamos a ser sinceros, la fascitis plantar no llegó de golpe. Primero se nota algo de tensión, se te carga al caminar y no le das importancia. Y la molestia va en aumento y un día te diagnostican fascitis plantar.
Si la persona que te lo trata sólo se fija en el pie, los resultados se hacen de rogar. Hay todo un sistema que está descompensado. De hecho, ese dolor en el pie podría deberse a un bloqueo fascial en la cadera contaria. Aquí tienes cómo funciona:
- Aparece una restricción en la fascia de la cadera derecha (motivos pueden ser múltiples), que empieza a tirar y a bloquear la zona.
- Esa restricción modifica la postura de la persona, encogiéndose ligeramente del lado derecho. Entonces esa tensión se transmite a través de la fascia profunda a todo el resto del cuerpo, pues como ya sabes, que es un entramado que lo interconecta todo. Así que esa tensión termina afectando a la postura general, afectando la pierna y, finalmente, el pie izquierdo.
- Resultado: fascitis plantar en el pie izquierdo, aunque el problema original esté en la cadera derecha.
¿crees que tratando el pie izquierdo va a remitir la fascitis? Lo más probable es que sin o se revisa la tensión recíproca, la molestia se alargue en el tiempo.

Cómo liberar tu fascia y recuperar el equilibrio
Ahora que ya sabes cómo una fascia tensa puede afectar todo tu cuerpo, seguro que te estás preguntando: «¿Y yo qué puedo hacer?». Aquí tienes algunas ideas:
- Movimiento consciente: Practica yoga, pilates o estiramientos suaves y sostenidos para mantener tu fascia flexible.
- Autoliberación miofascial: Usa herramientas como foam rollers o pelotas de masaje para liberar tensiones.
- Terapias profesionales: Considera sesiones de fascioterapia o masaje miofascial para trabajar bloqueos profundos.
Escucha a tu fascia, ella tiene mucho que decirte
La fascia es como ese amigo que siempre te da señales, pero al que a veces ignoras. Si te duele la cabeza, el pie o el estómago, quizás sea tu fascia intentando decirte algo. Escúchala, cuídala y verás cómo tu cuerpo te lo agradece.
¿Te ha pasado algo similar? ¿Has notado cómo un bloqueo en una zona afecta otra parte de tu cuerpo?
En Soul to Soul, estamos aquí para ayudarte a reconectar con tu bienestar. Si quieres saber más sobre cómo liberar tu fascia o probar una sesión de fascioterapia, ¡no dudes en contactarnos!